"Pandemonio, es una ciudad en la que deambulan Las Voces y en la que se aguarda eternamente al huésped, sea digno o indigno, sea bueno o malo. En su interior apretujados caídos revolotean en una sola carne, dispuestos a saltar al primer navío disponible, como una fuga de agua caliente.
Solo tendrás un segundo para decidir: Leer el Manual de la Naturaleza Doble, y dar la vida; o ser otro para siempre" El capitánTulik; José R. García.

sábado, junio 18, 2011

Del consuelo y la justificación: Anotaciones del debate pendiente

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Autoretrato. Roy Lichtenstein

Un mérito extraño enarbola a los filósofos, un mérito que nunca me convence. En verdad, es ver y hablar lo que sucede y lo que nos dicen y se nos proyecta, cuestión difícil y también evidente. Sloterdick es el filósofo del debate prometido, que por más que se suscite mil veces, como sucede en muchas ramas, sigue pendiente incluso cuando está ocurriendo. La naturaleza del ser humano, su esencia real, el dominio de la “bestia”, son la sustancia de casi todos estos rompecabezas.


Demasiado satisfechos con la anulación de la animalidad se muestran los humanistas, pero es solo una careta, pues en el fondo todos conocemos el fracaso del máximo postulado humanista: humanizar al humano, atar los músculos a la mente. El sistema educativo occidental oficiado por el humanista combate a un muñeco de paja, a un rival debilitado, caricatura del ser humano; es decir, lo despoja de su unidad natural creyendo que en la división hallará (y halló provisionalmente) la victoria.

El corazón de un hombre y su razón están íntimamente vinculados siendo partes diferentes, y que sean diferentes no quiere decir que, como en las ficciones de Robert Louis Stevenson, afirmemos la existencia de un monstruo bicéfalo. Humano versus salvajismo, es entonces una división sospechosa, ya que precisamente lo salvaje se encuentra dentro del conjunto “humano”.

Sloterdijk lanza sus dardos hacia la mirada que hasta hoy se tiene del ser humano, y el debate sobre su naturaleza queda abierto de par en par. Dotar de inteligencia, educar humanísticamente no ha sido una salida con frutos siempre dulces, bastaría con hacer memoria y analizar que los grandes “bárbaros” casi siempre han sido, precisamente, “grandes” eruditos. Los ladrones más hábiles son sin duda los ladrones de guante blanco, los Arsenio Lupin, acreedores de una naturaleza y una educación envidiables. A mi parecer, y a la luz de infinidad de ejemplos, me parece evidente al igual que a Sloterdijk, el fracaso cantado del acto de intentar machacar a Dionisio. Agregaría a este asunto: la razón no es más que la herramienta que potencia el deseo, el placer, el lado bestial del hombre; la “razón” de Santa Rosa de Lima se puede interpretar incluso, como la herramienta creadora de innumerables métodos de tortura, que no busca suprimir el lado sensual sinó más bien, alimentarlo y potenciar el placer sadomasoquista.

El hombre, poseedor de una razón cómplice, debe ser controlado o de lo contrario acabaría con todo a su paso. Del debate de Sloterdijk es posible pensar la democracia como un gran mal, un sistema de organización inferior, pues el control y porvenir de una comunidad de estos seres, estaría determinado no necesariamente por los más aptos. Un concurso de poesía no puede tener- NUNCA - a un jurado que no sabe leer. Lo necesario para que la democracia funcione, es a mi juicio, una educación para todos y del mismo nivel. Ahora, incluso cuando sea dable una sospechosa educación para todos y del mismo nivel, nada se resolvería puesto que lo verdaderamente difícil es determinar cuál visión de mundo deberá imponerse en la escuela. Es claro, que en la historia de la humanidad las visiones persistentes son las que se imponen a la fuerza. Existen, miles de sistemas desde los cuales el mundo y sus habitantes giran en sintonía perfecta, pero al mismo tiempo cada uno de estos sistemas son contradictorios entre sí.

Expuesto todo lo anterior nos conducimos hacia la necesidad de algo que oriente al ser humano, que permita la convivencia pacífica (no reflejada en la democracia sonrojada) incluso cuando poseemos impulsos destructivos dentro de nosotros. La solución ha sido mirar hacia la moral y utilizar abusivamente la palabra “evolución”. La moral para muchos es el claro ejemplo de un bastión al cuál aferrarnos antes de morir en medio de una tormenta, la moral permitiría poseer leyes, reglas de juego que no solo obedecen a un arbitrario pacto social sino también a una disposición natural. La moral nos nace del alma, y al mismo tiempo es una regla que se establece tras una simpatía comunitaria.

Olvidados se encuentran los locos, los genios, los individuos, los “yo” de moral particular y no necesariamente correlativa a la moral de determinado grupo de personas. Puede afirmarse que la moral es meramente un contrato de supervivencia, pero este argumento se desmorona cuando analizamos a las personas que arriesgan sus vidas por defender su moral propia. Paradójico es, que precisamente una sarta de neuróticos hayan sido siempre los proveedores de soluciones y los capitanes que dirigen el timón del porvenir en todas las sociedades. La moral entonces no es una respuesta a una búsqueda factible de colectivismo, ni una atadura a un modo de ser “estandarizado”.

El empleo de la palabra evolución también intentó e intenta, así como cierta formulación de lo moral, justificar y dar esperanzas a la vida del ser humano. La palabra moral goza de cierto estatus, lo moral ES lo que se debe de hacer y lo inmoral lo que no se debe de hacer, así, las sociedades se imponen a la fuerza utilizando simplemente el estatus de esta palabra, desatendiendo el hecho de que sus valorizaciones no son más ni menos morales que las del extranjero sino simplemente distintas. Asimismo, la palabra “evolución”, se utiliza para darle validez a una postura, pues la evolución no existe y esto lo sabemos desde que el primer hombre caminó en dos patas y cogió una piedra para matar a su contrincante.

Lo que puedo deducir del debate de Sloterdijk, que es tan familiar a todos, es una desesperación ante el sinsentido, desesperación que se llena con malos usos del lenguaje, o en todo caso, usos convenientes. El hombre, es, en definitiva, una incógnita, un significante – cuidadosamente – vacío.

La Crítica Trascendental de Kant.

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Ich kenne kein Weekend. Beuys

La Crítica trascendental en Kant está vinculada con el acto de conocer, un conocer no cómo son los objetos en sí sino cómo es posible el conocimiento de ellos, un conocer sobre el conocimiento a priori que ilumine el entendimiento de nuestro ser.

La Crítica trascendental ayuda a conocer la interioridad del sujeto, cómo piensa y constituye el mundo, cómo funciona su mente y de qué manera está estructurada, sus categorías, sus ideas, etc. La crítica trascendental es sin duda todo un giro copernicano en el que el hombre se percata de que él mismo es el teatro del mundo.

Éste método, es decir la crítica trascendental, se divide en tres partes:

-La Estética trascendental, que se preocupa por determinar cómo la sensibilidad participa del conocimiento a priori: espacio-tiempo: las formas puras de la sensibilidad. Se encuentran en nosotros como un formato sobre el cual se analizan los objetos sensibles).

- La Analítica trascendental, que se preocupa de cómo participa el entendimiento del conocimiento a priori, es decir, a través de las 12 categorías, que trabajan sobre la primera síntesis lograda a nivel de la sensibilidad (multiplicidad de sensaciones ordenadas en el espacio y el tiempo). La ciencia de las leyes del entendimiento es para Kant la lógica, y la que le interesa es la lógica trascendental, que estudia los principios a priori del conocimiento.

- La Dialéctica trascendental, que se preocupa de cómo participa la razón del conocimiento a priori, es decir, a través de las 3 ideas de la razón: libertad (relacionada con “mundo”), inmortalidad (relacionada con “alma”) y Dios. La Dialéctica trascendental es una crítica del entendimiento y la razón, respecto de su uso hyperfísico, y una crítica negativa de la metafísica, la cuál cree poder conocer objetos extraempíricos. La idea del alma, es entendida como sustancia permanente; la idea de mundo, es entendida como concatenación causal de todos los fenómenos; y la idea de Dios, es entendida como condición primera de la posibilidad de todo lo pensable.

Estas tres partes son una crítica trascendental, vinculando evidentemente la palabra crítica con la palabra conocimiento, las tres buscan esclarecer cómo funcionamos, cómo armamos el mundo, cómo somos verdaderamente.

lunes, mayo 23, 2011

El macho Gutural

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I

En la etapa olvidada las cabezas de los dioses rodaron y el asesino exclamó:
-Probemos la sangre de Jesús.
Se deslizaron inmediatamente por entre las rocas de los rayos, en un impulso dinosáurico, y unas grandes piernas de humano musculoso marcaron el ritmo...
¡oh mi dios!, éstos son los carteles de pago por observar enrejados aquella pulpa de sabor acuático: Le ví los senos y las nalgas!, y Dios vió que el asesino no se deshizo en tentaciones. Dios vio también que era mujer, solitario, siempre tentando travestido. Y Lloró.

-Unos cuerpos de Dioses!- dijo el propietario de un sistema linguístico enfermo, loquito de ovejas, producto de las pastillas más desquiciadas que se ingieren junto con las ostias medicinales del manicomio. Nosotros nos entretenemos con el crucifijo del cura, de ojos de inodoro, y él nos cuenta los chistes de Esopo, de Cohelo y de sexo, asemejando el siempre del tic tac que nos odia... El artista y el loco huelen los crímenes con la exactitud de un perro detective.

II

Veintitrés veces el macho se desnuda en gutural, alquilándose el mundo y las ideas: absurdo que apodó "verdades". Se viste con el mejor traje dirigido desde el inicio por una hoz invisible.
"La efectiva manifestación del alma, es veintitrés", afirma serio;  Ésto le fue revelado a Prometeo luego de erradicar a los dioses y designar el final del catolicismo.
-Qué hay de nuevo Sr. Leopardo?- pregunta el gutural - Lo golpeé hasta que odió a los animales y su carne se enrojeció y enterneció - respondió relamiéndose.

A menester de las intuiciones de los andes, y soplando los yetis y los dragones del Himalaya (criogenia) ; el primitivo, decorado con sangre, se repone. Las boleadoras surcan el bloque de iglú formado de los serenos alientos de una locura nórdica.
Y Canta, canta la avestruz y se suicidan las hojas dirigidas por el otoño. Los Indios de rincones y de extensiones, rodeados de humo, se precipitan en lanzas y se abren paso entre la malesa de un gran árbol:
El ser humano que aún crea estrellas, aún admite las revoluciones en los átomos.
-Buen día, Cuchillo.
-Buen día.

La danza transpira, y se revuelven los ingredientes recios en el río largo del Devenir: heraclíteo, hegeliano, budista; expropiado por una identidad multiforme.
Veintitres veces todas las hembras se estancan en renacuajos y el hombre gutural, seguido de todos los pre-hombres, vuelca el océano y escarba y lanza bufidos dionisíacos.
Es una pangea cortante! lo que lo retuerce en feriados, cuando incompleto el silencio aulla mientras el día se derrumba en etapas babeantes.

-La tierra gira en torno a la carencia - descubre! - equivocándose siempre, asesinando, masticando todos los mástiles, orgásmica y sinsentido, como los mordiscos de los monos en el hombro.
El macho gutural carente, único hombre, no merece esas caries en la sonrisa, MERECE colmarse, abolir el destino tecnificado del fin, los cables y entramados neuronales y reciclados. Zas! amasa cemento, Zas! roba el aroma de las luces y usa las plantas carnívoras como un mazo.

Carne, hielo, flores de luz, música y danza aconceptual; jugo de árboles y sus hojas. Es análogo a la dopamina para el perro perdido y para el perro perdido: éstos, son los artistas dementes creando y siendo creaciones de una mano invisible que los seduce: Pero no existen verdaderos hombres ni verdaderas mujeres.

El macho gutural, ha agotado todas las pobililidades
-¡Encuentra la salida en un cuarto cerrado!
Y en el último aliento de su ser, gobernado por la intuición de las amapolas y las piedras, ata los cabos de todas las cuerdas, cenas apoteósicas, señales de tránsito... ciencias, religiones y filosofía.
-ES! un solo ovillo!... exclama
y el ovillo porfín toma la forma de Hembra! abandonando el lenguaje para siempre. Sin soledades.

sábado, mayo 21, 2011

Lo trascendental para Kant

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Kant se preocupa por delimitar la ciencia para otorgarle un terreno a la fe. La ciencia según Kant puede conocer, pero solo dentro de su campo real de acción; si ésta desea pronunciarse sobre algo que rebasa sus fronteras, lo máximo que puede lograr es un balbuceo: como la metafísica, que trata como si fuesen conceptos: la libertad, la inmortalidad y Dios.

Para delimitar la ciencia y probarla como cierta lo que hace Kant es analizar los juicios sintéticos a priori, es decir los juicios de la razón pura que pueden ser considerados los principios de toda ciencia (esto porque no dependen de la experiencia y son necesarios y universales, y permiten la expansión del conocimiento). Una vez analizados, se evidencia para Kant, que en el ser humano existen categorías a priori que posibilitan la experiencia, asimismo determina que toda experiencia se da en un formato espacio-temporal que llevamos en nuestras cabezas; la experiencia entonces se constituye gracias a nosotros mismos. La naturaleza es fenómeno y está constituida por nuestras propias categorías, en ese sentido las categorías no describen al mundo sino al sujeto.

Lo trascendental para Kant, es todo conocimiento que muestra cómo es posible el conocimiento sintético a priori. Lo trascendental, sirve para conocer al sujeto en sí mismo, ya que si se muestra cómo es posible el conocimiento sintético a priori, se muestra cómo el sujeto piensa y constituye el mundo. Las tres secciones de la Crítica de la razón pura son trascendentales, la Estética trascendental se preocupa por determinar cómo la sensibilidad participa del conocimiento a priori (espacio-tiempo), la Analítica trascendental cómo lo hace el entendimiento (a través de las 12 categorías), y la Dialéctica trascendental cómo lo hace la razón (3 ideas de la razón: libertad, inmortalidad del alma y Dios)