"Pandemonio, es una ciudad en la que deambulan Las Voces y en la que se aguarda eternamente al huésped, sea digno o indigno, sea bueno o malo. En su interior apretujados caídos revolotean en una sola carne, dispuestos a saltar al primer navío disponible, como una fuga de agua caliente.
Solo tendrás un segundo para decidir: Leer el Manual de la Naturaleza Doble, y dar la vida; o ser otro para siempre" El capitánTulik; José R. García.

miércoles, diciembre 16, 2009

Pi: Faith in Chaos

5 COMENTARIOS
Una joya del cine: "Pi: Faith in Chaos" (Fe en el Caos); sin duda, para este blog, es más que necesario el recomendarla como indispensable para cualquier persona que se digne de ser un cinéfilo a muerte. Dirigida por el director estadounidense Darren Aronofsky, lanzada para todos en el año de 1998 (cuando yo tenía unos 8 años [dato irrelevante pero irresistible]), y vuelta luego una obra de culto.

El 90 porciento de la historia se desarrolla en la habitación de protagonista, Max Cohen, un matemático obsesionado por encontrar el modelo de Pi; logrando de esta manera una maximización de la sensación de paranoia, encierro y locura. Se usa además el blanco y negro durante toda la cinta, de manera que el ambiente obtiene una tensión especial, que reacciona acorde al deterioro psíquico del personaje central.

Todo puede representarse con números, y todo el caos se puede ordenar si se comprende el modelo de Pi; éstas hipótesis llevarán a un estado límite a Max, quien verá que su búsqueda es más complicada de lo que cree, y se verá enredado con personas con las que nunca pretendió enredarse; así, su caída libre se verá aún más afectada por la presión a muerte ejercida por un grupo secreto que lo desea utilizar para encontrar la forma de predecir la Bolsa, y por la presión de un grupo de judíos que desean conocer el verdadero nombre de Dios.

Por si fuera poco, la película se vuelve un espectáculo de desequilibrio total mediante la música de Clint Mansell, quien a mi parecer, no ha producido ningun trabajo musical que supere al hecho en "Pi: Faith in Chaos"

El film goza de muchas imágenes realmente fuertes, imágenes que alimentan la tensión y reflejan fielmente el camino hacia la locura trazado por Cohen. Sin duda, el camino al descontrol, y los estados de paranoia, son absorbidos por el espectador, de manera que Max Cohen se convierte en el espectador mismo; el viaje es de este modo compartido, junto con el destino irremediable que produce la búsqueda desenfrenada del modelo de Pi.

Los límites del cocimiento humano, la obsesión por encontrar una verdad, son solo algunos de los temas que aborda esta magnífica pieza. Servido.