"Pandemonio, es una ciudad en la que deambulan Las Voces y en la que se aguarda eternamente al huésped, sea digno o indigno, sea bueno o malo. En su interior apretujados caídos revolotean en una sola carne, dispuestos a saltar al primer navío disponible, como una fuga de agua caliente.
Solo tendrás un segundo para decidir: Leer el Manual de la Naturaleza Doble, y dar la vida; o ser otro para siempre" El capitánTulik; José R. García.

miércoles, octubre 21, 2009

Francia y los Poetas Malditos / Repelencia

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Los poetas malditos fueron el gran malestar en Francia, su enfermedad. La causa de este sentimiento de repelencia yacía en la poesía que éstos componían; los temas, las figuras, los personajes, las ideas, las senseciones, no correspondían a los códigos morales que aparentemente se valoraban en la época. Baudelaire de ninguna manera crea un mundo incompatible con la realidad que percibe, y es precisamene ésto lo que lo convierte en un marginal; Baudelaire se atreve a plasmar ese mundo que parecía estar en sombras, pero que era el más vivo de todos.

La transgresión de los esquemas sociales, morales, surge violentamente; y, esta violencia, provoca un rechazo marcado de parte; por un lado, de aquellos que no entendían el discurso, y por otro lado, de aquellos que lo entendían, pero a los que no "beneficiaba".

Loa poetas malditos, que más tarde dejarían de serlo, poseen ideas novedosas a nivel estético, ideas que generan tensión con los moldes anteriores en los que se preparaba la literatura; surgen entonces, para alegría de Víctor Hugo, poemas no atados a cárceles de métrica barata, poemas que poseen su propia musicalidad.

Hay que concentrarnos en los matices!, se escuchará, y será como toda idea genial, incomprendida y apestada en primera instancia. El discurso de aquellos hombres es maltratado porque es genial; la novedad, las nuevas perspectivas generan inevitablemente fricciones, y solo los que están abiertos a bifurcaciones son los que pueden tentar la comprensión. No es tanto el discurso mismo el que los hace malditos, sino la esrechez que acarrean los prejuicios y que evitan un juicio pertinente del arte.