"Pandemonio, es una ciudad en la que deambulan Las Voces y en la que se aguarda eternamente al huésped, sea digno o indigno, sea bueno o malo. En su interior apretujados caídos revolotean en una sola carne, dispuestos a saltar al primer navío disponible, como una fuga de agua caliente.
Solo tendrás un segundo para decidir: Leer el Manual de la Naturaleza Doble, y dar la vida; o ser otro para siempre" El capitánTulik; José R. García.

jueves, diciembre 10, 2009

Un análisis sobre Meursault

El personaje principal de la obra “el extranjero” de Albert Camus, sin duda es uno de los personajes que más me han atraído del mundo de la literatura, tal vez en cierta medida porque me siento, en parte, identificado con él.

Meursault pues, posee una forma de ser que es contraria al comportamiento “correcto” que estipula la sociedad absurda que lo envuelve; el personaje de la obra de Camus está en medio de un sistema que le es ajeno, que actúa de manera absurda y exige a los sujetos que vivan al margen de estas reglas ridículas que no toman en consideración la verdadera dimensión del ser humano.

Meursault no es una persona en lo absoluto incapacitada para sentir, durante el desarrollo de la obra da muestras emotivas que niegan que sea un ser desprovisto de sentimientos “por primera vez desde hacía muchos años tuve un estúpido deseo de llorar porque sentí cuánto me detestaba la gente”, “…cierta hora en la que ocurríame sentirme feliz”; es claro que los sentimientos de Meursault, su modo de sentir, posee un carácter extranjero frente a la mirada de las personas que lo rodean, es esta incompatibilidad e incomprensión, lo que puede causar que se lo juzgue como un ser carente de emociones.

Meursault tampoco es ajeno al mundo de los placeres, es decir, que no es un ser en lo absoluto, incapacitado para el goce placentero. Las relaciones que establece con otras personas tienen en cierta medida un tinte de conveniencia, por ejemplo, la relación que mantiene con María, la mantiene porque le genera placer, es claro que no ama a María, pero que ama el placer que ésta le genera; extraña el goce sexual que ella le brinda. Meursault disfruta de placeres diversos, y su vida gira, en cierta medida en torno a ellos; para comprobar esto basta con leer el siguiente extracto de la obra “Después volví a casa, dormí un poco porque había bebido demasiado vino y, al despertarme, tuve ganas de fumar. Iba retrasado y corrí para subirme a un tranvía. Trabajé hasta la tarde. Hacía mucho calor en la oficina, y cuando salí, al atardecer, gocé viniendo lentamente a lo largo de los muelles. El cielo era verde y me sentía contento. Con todo, volví directamente a casa porque quería hacerme patatas cocidas”. En el extracto se aprecia una persona que actúa conforme al placer, así, bebe en exceso, fuma, goza al caminar hacia su casa y al momento de contemplar la naturaleza. El comportamiento de Meursault entonces, está dotado de unos sentimientos que se mueven con un carácter extranjero y de una sensibilidad por los placeres bastante alta.

Muchas de las acciones de Meursault están pues, como ya vimos, vinculadas a un cálculo placentero, este cálculo dentro de su conducta puede pasar desapercibido y entenderse a Meursault como un sujeto cuyo actuar no obedece a su constitución humana, es decir, que su actuar no se rige por cuestiones que normalmente influyen en el actuar de una persona, como por ejemplo, sentimientos, placeres, etc; entonces, si Meursault posee sentimientos y disfruta de placeres, y que con esto, no es indiferente de los más básicos requisitos para no ser considerado un robot o un extraterrestre; ¿qué es
lo que lo convierte en un extranjero?; la respuesta es obvia: sus sentimientos como su cálculo para el placer, no son concebidos como naturales y adecuados por la sociedad que lo observa. Extranjero de las costumbres, de sentimientos (sus sentimientos son también extranjeros), rechazado por colocar muchas veces al placer como un fin; Meursault vivirá, y será condenado.

La muerte entonces, llega como una condena que ejerce la sociedad ante un monstruo, que genera repulsión y susto. Meursault no se arrepiente de ser como es, y no habría porqué hacerlo, y como vimos, tampoco está en capacidad de hacerlo, puesto que para arrepentirse tendría que sintonizar con un modo de ser que él no comparte.

Al final, cercano a su muerte, hace memoria de su vida y no niega el hecho de haber sido feliz: “(… )sentí que había sido feliz y que lo era todavía”. Meursault entonces es feliz, pero la felicidad que posee no obedece a dogmas religiosos, ni a la realización de ciertas conductas impuestas por la sociedad, ni a un deber ante ella. La felicidad de Meursault se halla en la corroboración de su propia existencia, saberse existente y vivir esa conciencia de ser es lo que le importa, y lo demás no tiene más relevancia que eso. “(…)ninguna de sus certidumbres valía más que un cabello de mujer (…) yo parecía tener las manos vacías. Pero yo estaba seguro de mí, seguro de todo, más seguro que él, seguro de mi vida y de esa muerte que iba a llegar”.

Meursault a fin de cuentas es un mártir que critica el estúpido e inviable camino que impone la sociedad, las reglas que ésta estipula y que no atañen al hombre, que no consideran su dimensión humana y que por consiguiente lo desnaturalizan. La muerte de Meursault es como la crucifixión de Jesucristo, una muerte, en medio de miradas de odio que no comprenden verdaderamente la situación absurda que los envuelve.

El hecho de que la historia de Camus nos remueva hasta el día de hoy es debido a que el padecimiento de Meursault es sin duda el padecimiento de muchas de las personas que habitamos este mundo, y su búsqueda, es una búsqueda que también es reconocida como tal por muchos. La mirada de Albert Camus por medio de la mirada de Meursault es la mirada de un modo de ser occidental que pierde sentido y se distorsiona conforme el tiempo avanza.

Finalmente, habiendo analizando al personaje de Albert Camus, se descubre que lo que debe de ser verdaderamente repudiado es el sistema social, que no permite vivirse como humano, y que genera en éste un sentido de no-pertenecia y provoca que su vida no tenga más sentido que su propio ser y la conciencia de éste.

1 comentario:

Rafo dijo...

Justo necesitaba un análisis de meursault para una monografía sobre el extranjero. se agradece