"Pandemonio, es una ciudad en la que deambulan Las Voces y en la que se aguarda eternamente al huésped, sea digno o indigno, sea bueno o malo. En su interior apretujados caídos revolotean en una sola carne, dispuestos a saltar al primer navío disponible, como una fuga de agua caliente.
Solo tendrás un segundo para decidir: Leer el Manual de la Naturaleza Doble, y dar la vida; o ser otro para siempre" El capitánTulik; José R. García.

domingo, noviembre 30, 2008

Visión de Dante sobre algunos personajes que aparecen en el Infierno

Dante a lo largo de su epopeya recurre a la inclusión de un sinfín de personajes, el hecho de que cree una maraña tan inmensa se debe a que ve necesario disminuir las improbabilidades de encuentro con personajes históricos relevantes.

Dentro de todo el poema sin embargo han habido algunos personajes en particular que me han llamado la atención. En primer lugar Ulises; Dante muestra una visión del viajero de la Odisea bastante diferente a la que se entiende en la obra de Homero, en todo caso, esto se debe a que lo analiza desde una mentalidad diferente a la que existía en la época en que el poema homérico fue escrito.

Ulises está condenado por ser un mentiroso, y en este sentido me parece muy graciosa la sentencia; Ulises le mintió a Penélope, le fue infiel en varias oportunidades, incluso, como se hace referencia en la obra de Hesíoso: “los trabajos y los días”, Ulises, cuando estuvo lejos de Itaca tuvo hijos con otras mujeres, cuestión que puede escucharse extraña pero que dejaría de serlo si nos enfocamos en la mentalidad de ese entonces, que consideraba a la mujer tan solo como un bien; Ulises le miente al cíclope Polifemo de una forma que deja al pobre hijo de Posidón completamente humillado, Ulises es pues, el pinocho griego y por lo tanto Dante considera que es una persona apta para quemar su cuerpo de madera en el infierno, o mejor dicho congelarlo debido a que su concepción es más bien fría que calurosa. Pero en fin, la cuestión es que el poeta nos brinda una nueva forma de ver al héroe griego, y hasta cierto punto lo dota de imperfecciones.

Dante se entusiasma cuando retrata a los personajes de la literatura griega, se esmera por hacer que sus diálogos sean creíbles para el lector, les da nuevamente vida después de que éstos han estado repitiendo los mismos actos y discursos desde la época del mundo antiguo; me gusta pensar que Dante se apiada de ellos y les da nuevas cosas qué decir, pero basta, no los quiero aburrir con la explicación referida a mi manía irracional de ver a los personajes literarios como actores de cine o de teatro, que como es natural, se aburren del mismo guión.Podría concluirse que Dante usa a estos personajes en la mediada que se siente familiarizado con la literatura clásica
Es entrañable la forma en la que Ulises narra la manera como llegó al purgatorio, se cuenta que luego de llegar a Itaca, él y sus hombres se dan cuanta de que lo suyo no es andar por ahí “chochos” cuidando a sus nietos y deciden emprender en plena senectud un viaje a lo Desconocido, todo bien hasta ahí, pero su viaje no resulta tan fructífero puesto que se estrellan contra una montara, acontecimiento extraño puesto que las montañas son bastante grandes para que pasen desapercibidas, pero en todo caso se culpa al viento y a la furiosa tempestad; lo más resaltante de todo esto y un factor que demuestra la brillantez de Dante es que la montaña en la que se estrellan Ulises y sus hombres es la montaña del purgatorio.

El poeta florentino se identifica con Ulises, el riesgo que el viejecillo griego corre le parece atractivo, y en cierta mediada me atrevo a decir que Dante es un adicto al riesgo, debido a que para escribir tamaño poema se nenecita mas que sabiduría y buena técnica: se necesita empuje y jugarse el destino de tajo.

Otro de los personajes que me provoca un gran afecto es Brunetto Latini: el maestro de Dante; el poeta lo aprecia a montones, lo coloca en el Infierno, sí, pero lo aprecia, lo castiga con el dolor eterno torturándolo y llagándole la cara, pero qué más da: el punto es que Brunetto había despertado en el florentino un gran respeto.

Siendo escrutado así por tal pandilla,
Uno me conoció y, al punto, asido
a mi manto, exclamó: “¡Qué maravilla!”
Y yo, que vi su brazo a mí tendido,
Miré el rostro cocido por completo
Sins er por sus ampollas impedido
De conocer al punto a aquel sujeto;
E, inclinando la mano hacia su frente
Repuse:” ¿Estáis aquí señor Brunetto?”
(22-30)

Sin duda un pasaje conmovedor, Dante y su maestro en medio del Infierno, mostrando su aprecio a un chamuscado Latini: simplemente incomparable.

Otro y el último personaje que he considerado en mi breve ensayo es Judas; el motivo de mi interés por este personaje se debe a que su castigo es bastante peculiar, es mascado por Lucifer, pero no solamente nuestro simpático ángel-muerciélago lo babosea y clava los molares sino que además de esto con sus garras araña y destroza la carne del discípulo desde la cintura para abajo. Es una castigo eterno como todos, probablemente Lucifer se canse, pero debe seguir por la eternidad cumpliendo con su deber, es curioso, pero es probable que el castigo de Lucifer sea el hecho de masticar a Judas, de no comerlo, sino limitarse a masticar su alimento: a mi parecer, el peor castigo que pudo recrear el malicioso de Alighieri.

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