Para empezar el siguiente trabajo es necesario definir el concepto de control mental que se va a utilizar en el presente trabajo. El término control mental utilizado aquí está referido al poder de hacer actuar o pensar de una manera determinada a las personas. Podría decirse, que si yo logro convencer a alguien de que mis ideas son las correctas o de que ciertas ideas no lo son, estoy ejerciendo un control mental sobre él.
Ahora la pregunta que atañe es r si es posible un control mental a través del lenguaje, por medio de la práctica discursiva. El discurso entendido por la corriente del ACD (Análisis Crítico del Discurso) es un fenómeno práctico, social y cultural.
“…los usuarios del lenguaje que emplean el discurso realizan actos sociales y participan en la interacción social, típicamente en la conversación y en otras formas de diálogo. Una interacción que está, a su vez enclavada en diversos contextos sociales y culturales, tales como reuniones informales con amigos o profesionales, o encuentros institucionales como los debates parlamentarios”
DIJK, Teun A.: “El discurso como interacción social: estudios sobre el discurso II. Una introducción multidisciplinaria”. Pág.21
La actividad discursiva como la entiende el ACD, y como podemos apreciar en el pensamiento del lingüista Van Dijk; está íntimamente vinculada a la sociedad; puesto que el discurso se da en la sociedad y a la misma vez busca influir en ella. Existe pues, un vínculo irrompible entre discurso y sociedad, ya que el discurso en sí mismo se crea en base a las situaciones sociales, y a la misma vez, la sociedad, se moldea en base a lo que la actividad discursiva propone. Para comprender mejor esta relación coloco un ejemplo: en cierto distrito la delincuencia se ha incrementado, luego, a través de prácticas discursivas se propone cambiar la situación llevando a cabo rondas de vigilancia; las rondas se llevan a cabo y la delincuencia disminuye radicalmente. En este caso se puede apreciar cómo un problema social como la delincuencia, da cabida a la práctica discursiva, y luego cómo la práctica discursiva acarrea un cambio en la sociedad.
“una relación dialéctica es siempre bidireccional: el suceso discursivo está moldeado por las situaciones, instituciones y estructuras sociales, pero a su vez les dan forma. Otra manera de expresar este fenómeno es decir que lo social moldea el discurso, pero que a su vez, constituye lo social: constituye las situaciones, los objetos d conocimiento, la identidad social de las personas y las relaciones de estas y de los grupos entre sí”.
DIJK, Teun A: “El discurso como interacción social: estudios sobre el discurso II. Una introducción multidisciplinaria”. .Pág.367 .Artículo Fairclough y Wodak .
Este vínculo entre sociedad y discurso puede además convertirse en un arma de abuso de poder. Para comprender esto es necesario tener en cuenta que el acceso a las clases de discurso es limitado, ya que hay ciertos grupos que controlan las formas discursivas y no permiten que otras personas tengan acceso a ellas. Estas personas que monopolizan los tipos de discursos, son aquellos que tienen pleno control de los medios de comunicación.
“… una de las maneras cruciales para influir en la mente de una persona para que ésta actúe como queremos es a través del uso oral o escrito del lenguaje. De ahí que se busca describir y explicar de qué manera los textos manipulan a la gente para que se realice lo que prefiere el grupo de poder. Esta manipulación se suele realizar a través de todo el aparato educativo o de los medios de comunicación”
(el subrayado es mío)
VICH; ZAVALA: 2004: 67
Se puede colocar como ejemplo a los políticos, quienes en algunos casos, al monopolizar la actividad discursiva, no permiten que las opiniones de los opositores lleguen a tener relevancia para la población. Ahora, este abuso del poder por medio del discurso es posible debido a que los poderosos manipulan los contextos; para entender mejor este último punto coloco un ejemplo: en una conferencia, el representante de un partido político determinado quiere convencer al pueblo de que las propuestas del partido opositor son menos importantes; para esto, distorsiona el contexto, invitando a algunos representantes ficticios del partido opositor, los cuáles ayudarían a que el bando, al que se supone representan y no lo hacen, quede en desventaja.
“… El poder de controlar el discurso es visto como el poder de sustentar prácticas discursivas particulares, asociadas a posturas ideológicas particulares, en un lugar de dominancia sobre otras prácticas alternativas (incluidas las que se oponen a aquellas)”
(el subrayado es mío)
FAIRCLOUGH 1995:3
El discurso, como ya lo hemos visto, es un arma de poder, y en este punto puede lograr mantener ideologías; en el ejemplo anterior, si suponemos que el partido político que realizó la conferencia logró convencer al público de tener mejores ideas, entonces es dable creer que ha impuesto su ideología frente a la del otro partido. El discurso puede ser entonces un arma de poder que permite mantener ciertas ideologías y desaparecer otras. Esto podemos traducirlo como control mental, puesto que lo que se está haciendo no es otra cosa que hacer que las personas actúen de determinada manera o piensen de determinado modo.
“Es un medio para controlar las mentes de otras personas y así, una vez que controlemos las mentes de otros, también controlamos indirectamente sus acciones futuras”
DIJK. Discurso y Dominación. Pag 9
El control mental a través del lenguaje, y en específico, a través del discurso, entendido por la corriente del ACD; sí existe. El control mental es posible debido a que el discurso está íntimamente relacionado con la sociedad, y porque existen grupos sociales que abusan de su poder discursivo y, manipulando el contexto, logran hacer que las personas actúen o piensen conforme a sus intereses.
BIBLIOGRAFÍA
DIJK, Teun A.: “El discurso como interacción social: estudios sobre el discurso II. Una introducción multidisciplinaria” (compilación de varios autores)
2005 Barcelona: Arco Libros
DIJK, Teun A.: “Discurso y Dominación”
En: Grandes Conferencias en la Facultad de Ciencias Humanas No. 4
febrero de 2004 Pp. 5-28.
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
FAIRCLOUGH, Norman: “El análisis crítico del discurso”
1995 Londres y New York: Longman
VICH, Víctor; Zavala, Virginia: “Oralidad y poder Herramientas metodológicas”
2004 Buenos Aires: Norma
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