Admirábase el árbol reseco,
sus ramas delgadas olvidadizas,
Mi memoria entrecuzada con tiranas y cansadas raíces,
Y un sol que crepita sobre el pesar inefable;
Admírese,
Tu figura embalsamada,
La quietud de un árbol que no camina.
Reza salmos perdidos,
los rumores sin eco,
Tu mente absorta ante sus canas,
Y una lluvia que hace el amor mientras sonrie.
Mi admiración...
mi eterna admiración!
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"Pandemonio, es una ciudad en la que deambulan Las Voces y en la que se aguarda eternamente al huésped, sea digno o indigno, sea bueno o malo. En su interior apretujados caídos revolotean en una sola carne, dispuestos a saltar al primer navío disponible, como una fuga de agua caliente.
Solo tendrás un segundo para decidir: Leer el Manual de la Naturaleza Doble, y dar la vida; o ser otro para siempre" El capitánTulik; José R. García.
domingo, mayo 10, 2009
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