Resulta complicado rastrear el origen
de la hipnosis, ya que al parecer, ha estado presente desde los albores de la
humanidad ligada íntimamente a la sugestión, en medio de los primeros ritos,
las primeras músicas y las más primitivas de las danzas. Comprendemos entonces que la hipnosis, a pesar
de haber nacido como término en el año 1843, tras la publicación del libro Neurypnology: or the Rationale of Nervous
Sleep, del neorocirujano escocés James Braid; ha estado presente como estado
mental desde tiempos inmemoriales. El presente ensayo, pretende ir hacia las
primeras fuentes escritas relacionadas a tal estado mental, e ir acercando la
línea temporal hasta llegar al profesor Franz Anton Mesmer, y finalmente al
propio James Braid.
Conclusiones:
¿Qué es la Hipnosis?
Antes que nada, será necesario lanzar una breve
pero concisa definición de la hipnosis. Es indispensable que dicho término,
deba al menos tener una identidad característica a lo largo de este trabajo. La
siguiente cita nos ayudara en esta empresa.
“Hipnosis: Estado pasivo producido
artificialmente, en el cual hay aumento de la sugestibilidad y la reactividad a
sugestiones y órdenes, siempre que no estén en conflicto grave con los deseos
conscientes o inconscientes del sujeto”
(OLORTEGUI, 1995:219)
En otras palabras, la hipnosis es un estado
inducido. Una vez lograda, el sujeto ingresa a un nivel en el cuál está
expuesto a la sugestión, y en el que puede ser ordenado. El hipnotizado puede
decidir no seguir ciertas órdenes, si es que estas contradicen sus deseos conscientes
o inconscientes. Cabe agregar que es posible autohipnotizarnos mediante una
meditación exhaustiva y una correcta concentración.
La hipnosis, puede ser empleada por todos aquellos
entrenados para emplearla. Tanto un profesional a su paciente, como un
profesional a sí mismo. Es necesario que el hipnotizador haya pasado por un
arduo entrenamiento, o podría perjudicar seriamente a su paciente; en este
sentido la siguiente cita nos ayudará a comprender mejor el nivel de
rigurosidad del hipnotizador, y los riesgos de una mala sesión:
“La
hipnosis es esencialmente una técnica. Por tanto todo aquel que la conozca lo
suficiente y aprenda a aplicarla, puede hipnotizar. Otra cosa es que el
inductor sepa después enfrentarse y resolver las diferentes situaciones que se
le presenten durante la sesión. Si el hipnotizador no cuenta con conocimientos
teorico-prácticos concretos y suficientes (incluso aunque se trate de médicos o
psicólogos), podría ocasionar graves daños al hipnotizado. Más aún si el
inductor persigue fines poco lícitos e intenta vulnerar la integridad física,
psíquica o moral del inducido, lo cual ha sucedido numerosas veces, manipulando
al hipnotizado. En algunos países la hipnosis clínica sólo está permitida a
médicos y psicólogos previamente autorizados y preparados”.
(DE ZOR,
José “Hipnosis: La gran desconocida que
renace” Pag 14-15. (consulta: 01/07/2012)
Hay que tener en cuenta para finalizar, que existen
dos clases de hipnosis popularmente conocidas, una propiamente médica (la cual
acabamos de contemplar), y otra teatral. La primera es ejercida solo con fines
médicos, y por especialistas. La segunda es ejercida por personas dedicadas al
mundo del espectáculo, y sus fines son distintos, pues busca sencillamente
llamar la atención, maravillar, entretener. En ambos casos no obstante, la
hipnosis se lleva a cabo, todo depende de lo preparados que estén los
hipnotizadores.
1-Los primeros pasos
documentados
1.1 Egipto
Como ya lo señalábamos anteriormente, la sugestión
ha estado presente desde que el hombre dio rienda suelta a sus primeros ritos.
Los sacerdotes de una tribu, por ejemplo, eran capaces de autohipnotizarse, y
hacer entrar en trance a sus compañeros; la utilización de sonidos monótonos,
así como movimientos repetitivos ayudaban a lograr tal estado de adormecimiento
en el cuál el dolor podía incluso inhibirse.
“La hipnosis, más bien la hipnoterapia
tiene su historia en todas las culturas se han encontrado vestigios de su uso. Históricamente
nace con el nacimiento de la raza humana. Cuatro mil años antes de Cristo, los
sumerios ya la practicaban. Esta civilización es la más vieja que se conoce
sobre la tierra. Algunos de sus métodos aún se usan en la actualidad”
(CUEVAS, Jaime. “Hipnoterapia
y autohipnosis” (consulta: 01/07/2012)
Pero, más allá de estos hechos ya comprobados por
la ciencia, la arqueología, la antropología, ¿cuál es la fuente escrita más
antigua con la que contamos, y podemos probar estas prácticas?
Hace mil quinientos años antes de
Cristo, se redactó en Egipto, el Papiro que hoy conocemos bajo el nombre de
Ebers. Fechado originalmente en el
año 8º del reinado de Amenhotep I, de la dinastía XVIII. Éste valioso documento, hecho de
pairo (de su tallo), descubierto por el explorador alemán Georg Ebers, es un
completo y complejo tratado de medicina egipcia. A lo largo de sus veinte
metros de longitud, el rollo antiguo nos presenta medicinas, conjuros y
observaciones; se preocupa por ilustrarnos sobre ginecología, oftalmología,
odontología, tratamiento de quemaduras, etc.
a)
Los médicos
El Papiro Ebers hace evidente una
contundente jerarquización entre los médicos, no todos estaban especializados
en lo mismo, ni todos tenían el mismo grado de capacidad en su propia rama. En
este punto hay muchas similitudes con nuestro sistema actual, en el que los médicos
se especializan para tal o cual cuestión.
“Heródoto, historiador contemporáneo de
Hipócrates, en su visita a Egipto quedó impresionado de la medicina de este
país, entre otras cosas por la existencia de especialistas, un tipo de médico
para cada enfermedad, escribió. Entre los especialistas había uno con el título
de Guardián del Año. Los médicos se formaban en los templos, y había un sistema
jerarquizado de rangos. De menor a mayor eran: el Médico, el Médico Jefe, el
Médico Inspector y el Médico Superintendente. Los médicos de palacio tenían un
Senior. Por encima de todos estaba el Médico Mayor del Alto y Bajo Egipto, una
especie de ministro de salud”
(Escuela
de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Sobre Historia de
la Medicina” (consulta: 01/07/2012)
Otra
reflexión de Herodoto, que va por la misma línea, y hace sobretodo hincapié en
el número elevado de médicos que debieron existir en Egipto:
“Heródoto llegó a
llamar a los egipcios el pueblo de los sanísimos, debido al notable sistema
sanitario público que poseía, y a la existencia de «un médico para cada enfermedad»
(primera referencia a la especialización en campos médicos). En la Odisea de
Homero se dice de Egipto que es un país «cuya fértil tierra produce muchísimos
fármacos» y donde «cada hombre es un médico»”.
(Escuela
de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Sobre Historia de
la Medicina” (consulta: 01/07/2012)
El Papiro
Ebers distingue además tres tipos de sanadores. Los doctores o físicos,
formados en esoterismo y educados para leer jeroglíficos; estaban capacitados
para mediante la práctica de sus conocimientos acrecentar la vida de sus
pacientes. Los sacerdotes de la diosa Sekhmet, especializados en atender la
salud física. Y finalmente los exorcistas, que se formaban solo por contacto
con otros magos, y eran en su mayoría charlatanes. Sea como fuera, en el Egipto
de ese entonces era muy usual ver muchas personas preocupadas por el estudio de
la medicina. Si bien es cierto los sanadores estaban clasificados según este
orden, y a su vez los médicos se dividían por especialidad y rango; todos
coincidían en un punto: para cada uno los conocimientos médicos y la magia estaban
íntimamente vinculados.
b) Hipnosis
La magia empleada por los sanadores,
utilizaba a la hipnosis para sus propios fines. Los sanadores hipnotizaban a
sus pacientes para que fuese más sencillo el tratamiento, podían así con una
fuerte dosis de sugestión, predisponerlos u ordenarles abandonar ciertos
síntomas de manera momentánea. El medio por el cuál se ejercía esta técnica era
el recitado de invocaciones, amenazas a los dioses, conjuros mágicos, entre
otros.
“La palabra del sacerdote sin duda podía tener
un efecto benéfico en el enfermo. Desde luego se trataba de un paciente muy
religioso y sensible a la sugestión. El sacerdote daba paz y confianza al
enfermo y así el paciente podía colocarse en el mejor estado anímico para poner en marcha el poder de recuperación
de su organismo. Diríamos que se trataba de una psicoterapia. Naturalmente,
esta acción difícilmente era posible en las heridas, traumatismos y tumores”
(Escuela
de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Sobre Historia de
la Medicina” (consulta: 01/07/2012)
Retomando las maneras de ejercer esta
magia, es importante detenernos en un punto particular. Los egipcios no rogaban
a sus dioses para que obraran sobre el cuerpo de sus pacientes, sino que los
amenazaban que así lo hiciesen. La razón por la cual los sanadores amenazaran a
sus propios dioses, era porque tenían la creencia de que éstos necesitaban
constantemente de sus ofrendas para no ser miserables, y colocaban esta
necesidad a su favor. Esta característica es fundamental en tanto nos ayuda a
entender que el proceso de hipnosis se cargaba de un juego de tendencias
variado, por un lado dioses que se veían obligados a actuar de determinada
manera, por otro pacientes poseídos por algún ente maligno, y por otro un
sanador que forzaba las relaciones según su diagnóstico.
c)
Templos
El antiguo Egipto poseía templos
especiales para hipnotizar, e interpretar los sueños. El dios Imhotep,
relacionado a la medicina, era el dios encargado de trabajar en dichos lugares
sagrados. En los templos del sueño, los pobladores ingresaban en un estado de
trance, inducido por los sanadores; luego
tras haber dormido, se levantaban y dirigían hasta unos sacerdotes, que
hacían el papel de unos sigmunds Freuds
antiguos, e interpretaban sus sueños. Lo que se encontraba detrás, era la
creencia de que el mismo Dios Imhotep inoculaba dentro de ellos, mientras
dormían, ciertas imágenes relacionadas con su futuro su pasado y su porvenir.
El lenguaje que usaba Imhotep era simbólico, y solo entendible por los
sacerdotes entrenados para la interpretación de los sueños.
1.2.
Grecia, y otras influencias
Grecia fue un lugar altamente
influenciado por los conocimientos egipcios sobre medicina. Y Grecia a su vez
influyó en Roma. Definitivamente, ambas ciencias médicas son hijas del mismo
padre: Imhotep. El dios de la medicina en Grecia es Asclepio, una traducción de
Imhotep; y en Roma es Esculapio, adaptación de Asclepio. Solamente para
evidenciar la influencia de Egipto en Grecia, deslizaré la siguiente cita:
“No hay dudas de que la medicina egipcia
influyó en la griega. Hay pasajes de papiros que aparecen casi al pie de la
letra en la literatura médica griega, así por ejemplo, el método para conocer
de antemano el sexo del niño que se espera: pon trigo y cebada en recipientes
separados, y agrega orina de la embarazada, y si brota el trigo tendrá un niño,
pero si brota la cebada será una niña”
(Escuela
de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Sobre Historia de
la Medicina” (consulta: 01/07/2012)
Ahora bien, siendo más conscientes de
la interrelación de estas tres culturas, debemos observar en qué se parecían
con respecto a la práctica de la hipnosis. Según los historiadores, en Grecia
se continuó con el uso de los Templos del sueño, mejor dicho, se copió de pies
a cabeza el modelo egipcio y se instaló en su cultura. Los encargados de
interpretar los sueños, ya no eran sanadores egipcios, sino los hierofantes.
El templo
de Asclepio era el más importante de todos los templos dedicados a la curación
de males. En él, se rendía culto al dios de la medicina, hijo del dios Apolo y
la mortal Corontis. Era imprescindible en el recinto, la interpretación de los
sueños, tras haber inducido al trance a los pacientes. Los discípulos de
Asclepio, que residían en el templo, conformando toda una academia de medicina,
eran expertos en medicina psicosomática; es decir, otorgaban un papel
fundamental al estado emocional, en la mejora, empeoramiento, surgimiento o desaparición
de las enfermedades.
Entre los
personajes más ilustres de la Grecia Antigua, Platón es el que trata la sugestión,
y afirma que ella puede producir el orden y armonía de la vida psíquica. Para
Platón la armonía psíquica sería necesaria para la efectividad de los fármacos.
Por otro lado Aristóteles colocó a la poética como una forma de tratamiento
psíquico.
En Roma,
y en otros lugares, la hipnosis se utilizó con fines bélicos. Es así que el
recorrido del general a caballo, entre sus filas, era un modo de hipnotizar a
los compañeros, y llevarlos a un estado ideal para la guerra, sugestionándolos
a su antojo. Con respecto a los templos del sueño se cuenta que Vespasiano, el emperador de Roma, en una de sus campañas en
Egipto visitó el templo de Serapis y entró en un sueño profundo; cuando fue
hallado por sanadores, y luego de haber sido despertado por ellos, la anécdota
cuenta que Vespasiano podía incluso hacer milagro; a partir de este
acontecimiento Roma intenta reproducir los Templos del Sueño en sus propias
ciudades
Fuera de
Roma, y sobre todo en la India y en China, lo más usado en ese entonces y hasta
ahora, es la autohipnosis, relacionada a la meditación zen, y al yoga, en las
cuales se pueden lograr maravillas tan solo con inhibir el dolor, acelerar el
pulso, elevar la temperatura corporal, entre otras cosas, mediante la concentración.
2. Grupos secretos, y el caso de Paracelso.
Dado que
la historia de los grupos secretos es problemática, no ahondaré en ella y me
limitaré a exponerlas a grandes rasgos. Será aun así importante analizar el
vínculo de estos grupos con el uso de la hipnosis como una técnica de manipulación
de masas, pese incluso a ser falsa. De ser falsa la hipótesis, será evidente un
gran temor social por ser manipulados mediante esta técnica en principio
terapéutica. Luego, se expondrá brevemente también el caso del médico
Paracelso.
Luego de
la época no ilustrada, acontece un período pre ilustrado, en el cuál los
conocimientos sobre hipnotismo llegan hasta los caballeros templarios. Fundada
en 1118, los caballeros templarios eran nobles, que decidieron vivir una vida
en defensa de los cristianos que peregrinaron a Jerusalén tras su
conquista. Se entrenaron en
conocimientos parapsicológicos, y fueron discípulos de las escuelas de
esoterismo más puras. Los caballeros templarios, no desconocían la hipnosis,
sino todo lo contrario: eran expertos en su uso. Estaban obligados, por
cuestiones de supervivencia, a utilizar técnicas sugestivas para defenderse de
la población incrédula y proclive a las historias de leyenda. Por otro lado,
tales conocimientos les ayudaron a manejar a las masas descaradamente.
Más
adelante, la orden se reformula y toma la apariencia de los Masones. Los
Masones son la reformulación de tal proyecto, y se dice popularmente, que
buscan influir en la sociedad mediante estas técnicas de sugestión. Luego de
los masones, incluso se ha especulado la existencia de un nuevo orden mundial,
regido por un grupo llamado Los Illuminatis. Como sea, se evidencia o bien un
hecho o bien una fantasía, relacionada al uso para fines malignos de la
hipnosis.
El caso
de Paracelso es aún más extraño. Paracelso nace en el año 1463, y crece y se
hace adulto y maestro en las artes de la medicina. Mezcla un panteísmo particular,
con una mística especulativa, y por esto se le define simultáneamente como un
genio y como un charlatán. Más allá de su incursión en la alquimia medicinal, y
en la historia fantástica de la supuesta creación de un homúnculo que logró,
nos interesa saber cuál era la relación que tenía con la hipnosis. Pues bien,
Paracelso evoluciona, da un paso positivo en favor a las técnicas sugestivas:
produce curaciones espontáneas con la imposición de manos (perfectamente claro
ahora que eran reacciones de tipo
psicosomáticas, pero en esa época no había forma de saberlo). La figura de este
médico alquimista es entonces importante en la medida de que es a partir de él
que se empiezan a rozar con más fuerza los temas de salud curativos con las
técnicas de sugestión.
3. Mesmerismo e Hipnotismo.
Nacido en
Weiller, Alemania; Anton Mesmer defiende en 1766 su tesis doctoral, en la cual
expuso la existencia de un magnetismo animal, que relacionaba el cosmos con el
hombre. Para Mesmer, el magnetismo animal era
una fuerza parecida a la ejercida
por los imanes, la cual conducía un fluido invisible que llenaba todo el
cosmos. El universo según su teoría,
repercutía en la salud de las personas.
Pronto,
entusiasmado, Mesmer comenzó a hacer tratamientos en los que incluía el uso de
imanes. Sin embargo, a lo largo del tiempo se dio cuenta de que no eran
necesarios los imanes y que solo bastaba con una simple imposición de manos,
para conducir correctamente el fluído del cosmos. Evidentemente aquellas
terapias fueron duramente criticadas, Mesmer dotaba sus procedimientos de un
componente altamente esotérico.
Incluyendo
música, y otras parafernalias, y sumándole a aquello su imposición de manos;
Mesmer comenzó a tener aún más resultados positivos que en un inicio. Los
pacientes entraban en adormecimientos extraños, y podían recibir órdenes de él,
y acatarlas con suma docilidad. Más adelante, sería evidente de que Anton
Mesmer no estaba captando fluidos cósmicos, sino que estaba simplemente
hipnotizando a sus pacientes sin darse aún cuenta d ello.
“Los pacientes se aplican, pues, sobre
la parte enferma varillas de hierro y se atan unos a otros con cuerdas. En este
ambiente peculiar, todos esperan más o menos un milagro. Después, se oye un
piano forte acompañado a veces de cantos; otras veces, lo que se oye es una
armónica y el maestro hace entrada vestido con un traje de seda lila,
impasible, olímpico, hierático, llevando en las manos una larga varilla de
hierro con la que toca a los enfermos. Los mira fijamente para magnetizarlos e
impone sus manos sobre sus espaldas o su vientre". El mesmerismo se desarrolla, en vista de estos
extraños progresos, como una rama particular dedicada al tratamiento de
enfermedades psicosomáticas.”
(Sociedad de Hipnoterapia Clínica.
“El nacimiento de la Hipnosis” (consultado: 01/07/2012
No
obstante todos sus esfuerzos, y su entusiasmo por demostrar su teoría en la
práctica, Mesmer murió en medio de un rechazo intelectual. Si bien es cierto es
Mesmerismo surgió como una fuerte corriente terapéutica, era sin duda alguna,
“una ciencia popular” (en términos despectivos).
“En 1779 Mesmer publicó "El
descubrimiento del magnetismo animal", obra en la que relata sus
experiencias. Poco a poco su fama se fue extendiendo por Francia y por los
países vecinos. Sus discípulos comenzaron a extenderse por doquier. Para forzar el reconocimiento de su método,
Mesmer, dotado de un gran sentido escénico, anunció que se marchaba de Francia,
tratando de obtener una respuesta inmediata de la Corte. Estuvo durante algunas
semanas en Spa, algunos financieros fundaron la "Sociêté
magneto-thérapique", con 140 alumnos. Esto hizo que Mesmer volviera a
París y, por fin, vendiera su famoso secreto, ocultado durante años. Luis XVI
nombró dos comisiones para que estudiaran el magnetismo animal. ¿Sus
conclusiones? Las describe Bailly: "Habiendo demostrado por medio de experiencias
decisivas que la imaginación sin magnetismo produce convulsiones y que el
magnetismo sin imaginación no produce nada, nada prueba la existencia del
fluido magnético animal". Mesmer se enfadó, pero no pudo recobrar la
confianza de la gente nunca más, por lo que se retiró a la pequeña ciudad de
Mersbourg. Murió el 5 de marzo de 1815”
(Sociedad de Hipnoterapia Clínica. “El
nacimiento de la Hipnosis” (consultado: 01/07/2012
http://hipnosis.org.es/hipnosis_pdf/hipnosis_hipnosis.pdf)
Una vez muerto el
maestro, e interesadísimo con el fenómeno del mesmerismo, un neorocirujano de
nombre James Braid comenzó a estudiar el enigma detrás de la teoría del
magnetismo animal. Tras haber evaluado detenidamente los trabajos de Anton
Mesmer, en el año 1841, publica su Neurypnology:
or the Rationale of Nervous Sleep, en el cuál acuñó la palabra hipnosis. Braid definió
la hipnosis como un sueño nervioso, y comprendió que lo que estaba haciendo
Mesmer con sus pacientes no era otra cosa que hipnotizarlos, por consiguiente
eliminó la teoría del magnetismo animal y la idea de la existencia de fluídos
cósmicos para quedarse con la hipnosis, y las técnicas para inducirla. Para
Braid, la hipnosis era inducida al cansar intencionalmente el globo ocular del
paciente, usando luminosidades, o haciendo que el paciente mire directamente al
terapeuta. Es así, gracias a Braid, que en la actualidad conocemos este
peculiar estado de la mente bajo el nombre de hipnosis.
Es
así que llegamos al final del presente ensayo. La historia del hipnotismo nos
devela a través de sus evidencias, una clara argumentación a favor de que desde
las primeras etapas del ser humano, se han empleado medios para inducir a la
sugestión a pacientes, a miembros de la tribu, a comunidades enteras o incluso
a el mundo en general (grupos secretos). La hipnosis se ha utilizado con fines
medicinales, primero relacionada íntimamente con curaciones mágicas, y luego
relacionada meramente con el ámbito de la ciencia médica. La hipnosis ha ido a
su vez evolucionando, aunque para ser sinceros, habría que aceptarse que desde
un inicio (tras haber analizado el papiro Ebers), estaba bastante avanzada. En
todo caso la hipnosis se ha ido explicando mejor así misma con el paso del
tiempo, se ha logrado definir como concepto con James Braid, a la luz de los
misterios que rodeaban el magnetismo animal; ha ido tomando forma, desde
aquellas prácticas ancestrales que la incluían pero que no le daban un nombre
adecuado ni una definición pertinente.