I
-Probemos la sangre de Jesús.
Se deslizaron inmediatamente por entre las rocas de los rayos, en un impulso dinosáurico, y unas grandes piernas de humano musculoso marcaron el ritmo...
¡oh mi dios!, éstos son los carteles de pago por observar enrejados aquella pulpa de sabor acuático: Le ví los senos y las nalgas!, y Dios vió que el asesino no se deshizo en tentaciones. Dios vio también que era mujer, solitario, siempre tentando travestido. Y Lloró.
-Unos cuerpos de Dioses!- dijo el propietario de un sistema linguístico enfermo, loquito de ovejas, producto de las pastillas más desquiciadas que se ingieren junto con las ostias medicinales del manicomio. Nosotros nos entretenemos con el crucifijo del cura, de ojos de inodoro, y él nos cuenta los chistes de Esopo, de Cohelo y de sexo, asemejando el siempre del tic tac que nos odia... El artista y el loco huelen los crímenes con la exactitud de un perro detective.
II
Veintitrés veces el macho se desnuda en gutural, alquilándose el mundo y las ideas: absurdo que apodó "verdades". Se viste con el mejor traje dirigido desde el inicio por una hoz invisible.
"La efectiva manifestación del alma, es veintitrés", afirma serio; Ésto le fue revelado a Prometeo luego de erradicar a los dioses y designar el final del catolicismo.
-Qué hay de nuevo Sr. Leopardo?- pregunta el gutural - Lo golpeé hasta que odió a los animales y su carne se enrojeció y enterneció - respondió relamiéndose.
A menester de las intuiciones de los andes, y soplando los yetis y los dragones del Himalaya (criogenia) ; el primitivo, decorado con sangre, se repone. Las boleadoras surcan el bloque de iglú formado de los serenos alientos de una locura nórdica.
Y Canta, canta la avestruz y se suicidan las hojas dirigidas por el otoño. Los Indios de rincones y de extensiones, rodeados de humo, se precipitan en lanzas y se abren paso entre la malesa de un gran árbol:
El ser humano que aún crea estrellas, aún admite las revoluciones en los átomos.
-Buen día, Cuchillo.
-Buen día.
La danza transpira, y se revuelven los ingredientes recios en el río largo del Devenir: heraclíteo, hegeliano, budista; expropiado por una identidad multiforme.
Veintitres veces todas las hembras se estancan en renacuajos y el hombre gutural, seguido de todos los pre-hombres, vuelca el océano y escarba y lanza bufidos dionisíacos.
Es una pangea cortante! lo que lo retuerce en feriados, cuando incompleto el silencio aulla mientras el día se derrumba en etapas babeantes.
-La tierra gira en torno a la carencia - descubre! - equivocándose siempre, asesinando, masticando todos los mástiles, orgásmica y sinsentido, como los mordiscos de los monos en el hombro.
El macho gutural carente, único hombre, no merece esas caries en la sonrisa, MERECE colmarse, abolir el destino tecnificado del fin, los cables y entramados neuronales y reciclados. Zas! amasa cemento, Zas! roba el aroma de las luces y usa las plantas carnívoras como un mazo.
Carne, hielo, flores de luz, música y danza aconceptual; jugo de árboles y sus hojas. Es análogo a la dopamina para el perro perdido y para el perro perdido: éstos, son los artistas dementes creando y siendo creaciones de una mano invisible que los seduce: Pero no existen verdaderos hombres ni verdaderas mujeres.
El macho gutural, ha agotado todas las pobililidades
-¡Encuentra la salida en un cuarto cerrado!
Y en el último aliento de su ser, gobernado por la intuición de las amapolas y las piedras, ata los cabos de todas las cuerdas, cenas apoteósicas, señales de tránsito... ciencias, religiones y filosofía.
-ES! un solo ovillo!... exclama
y el ovillo porfín toma la forma de Hembra! abandonando el lenguaje para siempre. Sin soledades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario