"Pandemonio, es una ciudad en la que deambulan Las Voces y en la que se aguarda eternamente al huésped, sea digno o indigno, sea bueno o malo. En su interior apretujados caídos revolotean en una sola carne, dispuestos a saltar al primer navío disponible, como una fuga de agua caliente.
Solo tendrás un segundo para decidir: Leer el Manual de la Naturaleza Doble, y dar la vida; o ser otro para siempre" El capitánTulik; José R. García.

viernes, junio 12, 2009

Cinematografía Tarkovskiana y Yo

1 COMENTARIOS
Mi gusto por el cine es bastante antiguo, las películas me gustaban desde pequeño e ir al cine era una actividad recurrente en ese entonces, sin embargo casi en todas las ocasiones en las que mis ojos se posaron en una producción cinematográfica, quedé absolutamente decepcionado, pasmado y porqué no decirlo, frustrado. Con el paso del tiempo dentro de mí se fue alimentando una sensación de amargura, de resentimiento, necesitaba ver buen cine, no lo que el mundo quería que consumiese. Mi investigación fue bastante torpe, necesitaba encontrar personas que me sirvieran de guías, pero me fue imposible ya que dentro de mi círculo de amistades ninguno entendía lo que la palabra “cine” realmente significaba. Me sumergí en aquella búsqueda completamente solo, y poco a poco, fui encontrando las cintas que desde hace mucho deseaba con toda mi alma.

Un día, de casualidad, cuando acostumbraba ver televisión, me topé con una imagen totalmente curiosa, no sé cómo explicarlo, pero aquella imagen me hizo sentir que había encontrado algo muy importante, un tesoro que guardaría siempre; lo que ví fue la escena de lo que parecía ser una película un poco antigua, en la que un hombre de mediana edad sostenía entre las manos una pequeña vela encendida y caminaba muy despacio y con dificultad tratando de llegar al otro extremo de la piscina seca y mohosa dentro de la que se encontraba. En ese momento no logré descifrar aquel mensaje, pero seguí con los ojos atados a la pantalla. A medio camino la vela se apagó, el hombre se detuvo largo rato y comenzó a retroceder hasta el punto de partida, donde volvió a encenderla para reemprender aquel trabajo de ir de un extremo a otro de la piscina sin que la la llama de ésta se extinga, acto que acababa de percatarme, era una especie de peregrinaje, un peregrinaje genial, único, plasmado en un cine que no creí pudiera ser posible. La figura de aquel sujeto se tornaba imponente mientras caminaba hacia el otro extremo de la piscina, los charcos, las piedras, el moho, eran obstáculos que le hacían pesado el viaje; recuerdo claramente que con cada fibra de mi ser, sin darme cuenta, comencé a apoyar a aquel hombre: deseaba que lograse su meta, como si esa meta me involucrase a mí también. La vela sin embargo se volvió a apagar, mi corazón se detuvo, igual que los pasos de aquel, en principio extraño y luego familiar sujeto, no fue necesario ver lo que continuaba para saber que no iba a encenderla ahí mismo sino que debía volver hacia el punto de partida para hacerlo; la débil y rebelde flama murió unas cuantas veces más, y la figura de aquel hombre, que se mostraba tan pequeña y vulnerable dentro de aquella escena y que a la misma vez no daba su brazo a torcer terminaba identificándose con aquel humano que pese a saber que es imposible cambiar por el solo el mundo, lo intenta. El hombre logra llevar la vela a su destino, y uno entiende entonces que el sacrificio de aquel sujeto por salvar la humanidad ha terminado. Ese fue mi encuentro con Andrei Tarkovski.

Luego de haber visto esa escena, intenté averiguar el nombre de la película, o al menos el del director, pero fue inútil. Pasó un tiempo y decidí buscarla al azar. Dispuse entonces del catálogo de mi universidad y retiré el título que más me llamó la atención; para mi sorpresa, la película que retiré era la que contenía aquella escena que había visto hace un tiempo. Cuando terminé de ver la película, que ahora tenía nombre: Nostalgia, del director ruso Andrei Tarkovski quedé totalmente impresionado, encadenado de por vida a sus creaciones.

La pregunta entonces surge, ¿ porqué disfruto del cine de Tarkovski?. No me considero una persona que conoce mucho de cine, ni siquiera lo elemental, pero dentro de lo que considero puntos de genialidad en las producciones de este director están los siguientes; en primer lugar su uso magnífico del paisaje, aquellas escenas amplias, aquellos horizontes que proyecta en sus films, como por ejemplo en el final de "Nostalghia", cuando la cámara se va alejando del protagonista y su perro, quienes se encuentran reposando en el campo, se observa la nieve cayendo, y cada vez aquellos dos puntos amigos se van perdiendo más y más en la pantalla, anunciando una despedida. Los ambientes son notables, siendo el que más me agrada, la habitación del Stalker en la película del mismo nombre, aquella habitación en la cuál junto a la cámara nos vamos adentrando con lentitud, que nos presenta a los personajes, los descubre y que nos introduce al mundo post-apocalíptico en el que se desarrolla la cinta. Otro punto que me atrae de las producciones de este director ruso, es su mundo sonoro, sobretodo aquella obsesión por los sonidos que puede producir el agua, obsesión que comparto con él, y es que para mí no hay nada más hermoso que la música que produce la lluvia al caer, o un río, o un charco de lodo al caminar sobre él, sonidos simples, pero que reflejan las verdades más grandes de la naturaleza y con ello de la vida; el agua es la música de fondo en las películas de Tarkovski, su sello personal; se puede identificar el sonido de gente bañándose en aguas termales y el sonido de charcos de agua siendo aplastados por el protagonista en "Nostaghia"; un arroyo en "Stalker", un túnel medio lleno de agua que será transitado por los tres protagonistas y el sonido de un camión avanzando por un camino recién sacudido por la lluvia. Otro punto atrayente es su lenguaje críptico, difícil de entender; y es que dentro de sus producciones los mensajes se hayan codificados; por ejemplo en "Stalker", donde existe un simbolismo excepcional. Los temas siempre me son interesantes, y aunque el mismo Tarkovski desprecie Solaris, creo que es una película recomendable; el tema abordado en Solaris es aquella lucha que los hombres llevamos con los recuerdos, cómo a veces uno no logra liberarse de ellos, cuando, por diversas circunstancias, es imprescindible hacerlo, tema que le es familiar a toda la humanidad y que me recuerda la temática de caracter universal de las obras shakespereanas. Pero sin duda alguna lo que más me llama la atención es la actitud de los protagonistas frente a una realidad aparentemente insufrible, ellos aún sabiendo que esta realidad que los rodea no puede cambiar producto de sus insignificantes actos, llevan a cabo su intento.

A mi parecer conocer la vida de los autores no debe influir en la apreciación de sus obras de arte; las obras de arte son independientes a la biografía de sus creadores y por lo tanto se deben analizar de la misma forma. En todo caso como punto aparte, la vida del director de aquellas películas emblemáticas de cine ruso y de la historia del cine en general, merece la pena ser analizada por el valor que denota ella misma. De su vida no conozco demasiado, sin embargo uno de los puntos que más me llama la atención es que una vez reconocido su talento, el gobierno le dificultaba la realización de sus cintas por seguir una línea diferente a la del partido; los esfuerzos del genial director eran enormes y a pesar de todas éstas trabas concluía sus trabajos, y de forma impecable.

Espero que mi experiencia con las películas del director ruso Tarkovski nunca se agote. Pienso seguir disfrutando de las obras cinematográficas de mi director favorito.

martes, junio 09, 2009

Capítulo 3 : Desconcierto

0 COMENTARIOS
Una cáscara azulada lo rodea todo. Santiago parece juguetear en el límite de la locura, su mente incapaz de soportar tal estímulo; aquella barrera de cúmulos azules era espantosa, el mundo estaba aislado del universo, atrapado en su propia decadencia. no fue infestado de bestialidad humana, se había salvado: la tierra, en su última y desesperada medida encerró al caos en su propio seno.

martes, junio 02, 2009

Jamming

0 COMENTARIOS
Cuerdas en vacíos
de madera de puerta,
de arrebatos jadeantes,
se va el aire,
baila,
ahí,
con la uña sin dedo,
meditando ladridos de hombre
las notas,
que resbalan y anclan
en partituras de juguete.