lunes, octubre 12, 2009
Relexiones sobre el poema "Correspondencias" de Charles Baudelaire
Correspondencias
La Naturaleza es un templo, de cuyas basas,
suben, de tiempo en tiempo, unas confusas palabras;
Pasa, a través de bosque se símbolos, el ser humano,
Al cual éstos observan con familiar mirada.
Como difusos ecos que, lejanos, se funden
En una tenebrosa y profundad unidad,
Como la claridad, como la noche, vasta,
se responden aromas, sonidos y colores.
Hay aromas tan frescos como el cuerpo de un niño
Dulces como el oboe, verdes como praderas.
- y hay otros corrompidos, triunfantes, saturados,
Con perfiles inciertos de cosas inasibles,
Como el almizcle, el ámbar, el incienso, el benjuí,
Que cantan los transportes del alma y los sentidos.
Baudelaire.... ayyyy oh! cabrón! puto genio!
Charles expone la existencia de las correspondencias secretas que existen en la realidad . Demuestra que el poema se libera, en cierta medida, de nuestros esquemas mentales. Lo que el lector debe de hacer entonces, es llegar al poema y abrir su mente; percatarse que la poesía es precisamente eso (y más): un juego de correspondencias (y repelencias).
En el poema se devela que los sentimientos, experiencias y transportes del alma, solo pueden ser concebidos irrumpiendo los parámetros preestablecidos. El poeta debe buscar estas correspondencias y conjurarlas; es interesante: es cierto que la poesía tiene supropia lógica, pero sería imposible apreciarla si no la contrastásemos con nuestros prejuicios.
La Naturaleza es un templo, de cuyas basas,
suben, de tiempo en tiempo, unas confusas palabras;
Pasa, a través de bosque se símbolos, el ser humano,
Al cual éstos observan con familiar mirada.
Como difusos ecos que, lejanos, se funden
En una tenebrosa y profundad unidad,
Como la claridad, como la noche, vasta,
se responden aromas, sonidos y colores.
Hay aromas tan frescos como el cuerpo de un niño
Dulces como el oboe, verdes como praderas.
- y hay otros corrompidos, triunfantes, saturados,
Con perfiles inciertos de cosas inasibles,
Como el almizcle, el ámbar, el incienso, el benjuí,
Que cantan los transportes del alma y los sentidos.
Charles expone la existencia de las correspondencias secretas que existen en la realidad . Demuestra que el poema se libera, en cierta medida, de nuestros esquemas mentales. Lo que el lector debe de hacer entonces, es llegar al poema y abrir su mente; percatarse que la poesía es precisamente eso (y más): un juego de correspondencias (y repelencias).
En el poema se devela que los sentimientos, experiencias y transportes del alma, solo pueden ser concebidos irrumpiendo los parámetros preestablecidos. El poeta debe buscar estas correspondencias y conjurarlas; es interesante: es cierto que la poesía tiene supropia lógica, pero sería imposible apreciarla si no la contrastásemos con nuestros prejuicios.